martes, 20 de noviembre de 2007

TODO CAMBIA xx 04 xx


Un día cuando era niño jure que nunca me iba a dejar de gustar el helado de uva, y es que para mi, ésa era la única opción cuando se trataba de pedir algún sabor de nieve, mi madre, siempre me aconsejaba pedir algún otro sabor, pero yo lo único que quería, era tener en mis manos ese barquillo con la enorme bola de nieve de un morado espectacular, y un sabor intenso a uva, cuyo rastro quedaría impregnado en mi lengua y labios por varias horas. Para mi no había nada mejor, que eso. Y es que no me cabía en la cabeza, como los adultos, preferían un sabor tan aburrido cono la vainilla, o nuez, o alguna fruta “natural”. En ese momento me prometí que nunca me dejaría de gustar el helado de uva. Hoy con un dejo de nostalgia y mucho para pensar, no logro entender como a alguien le puede gustar, un helado, morado artificial, con un sabor a uva artificial, que lo único que hace es dejarte la boca pintada de morado, y un empalago saturado, habiendo helados tan ricos como el de nuez. –Ya No me gusta el sabor de uva y jure que nunca me dejaría de gustar—TODO CAMBIA…

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