El distraído tropezó con ella.
El violento la uso como proyectil.
El emprendedor construyo con ella.
El caminante cansado, la uso como asiento.
Para los niños fue un juguete.
Drummond hizo poesía con ella.
David mato a Goliat.
Michelángelo extrajo de ella, la más bella escultura.
En todos los casos la diferencia no estaba
en la piedra, sino en el hombre.
No existe piedra en tu camino que no puedas
aprovechar para tu propio crecimiento.
Que el 2010 sea un año así: lleno de piedras.
Tú marcas la diferencia.